La creciente necesidad de cannabis medicinal en España es una realidad innegable, y la apuesta inicial de este gobierno generó esperanza en miles de personas. El cannabis medicinal estaría disponible de forma segura en España para pacientes con una amplia gama de afecciones: desde la ansiedad general hasta el dolor crónico, o el alivio de los síntomas del cáncer. Esto sería una gran noticia para los pacientes.
Sin embargo, no se dan avances sobre la propuesta y los pacientes españoles continúan desatendidos. Con este proceso paralizado a nivel parlamentario, se manifiesta la frustración y la ira de muchos pacientes que deben seguir automedicándose, con la inquietud que implica el verse obligados a depender de productos de cannabis del mercado negro, ilegal y descontrolado. Esto resulta aún más frustrante porque sabemos que existe una solución segura y viable que está al alcance de la mano.
España es uno de los pocos países europeos que continúa sin legislar el cannabis de uso medicinal, y lleva rezagado demasiado tiempo. Países vecinos como Alemania, Reino Unido, Portugal e Italia han establecido marcos legales para que los pacientes puedan acceder a una terapia adecuada con base en el cannabis medicinal, bien sea mediante flor seca inhalada de cultivo medicinal o mediante el consumo de extractos de cannabis con formulación específica. España está a la zaga de muchos de sus vecinos europeos: la legislación de Alemania es un referente a nivel mundial, y cuenta con control médico y seguimiento de los pacientes a través de un farmacéutico cualificado; en el Reino Unido, decenas de miles de pacientes reciben tratamiento con cannabis medicinal actualmente, regulado con garantías de seguridad y calidad; al otro lado de nuestra frontera, Portugal tiene una lista de siete indicaciones previamente evaluadas por un Comité Científico con Autorizaciones de Comercialización específicas; y nuestro otro vecino, Francia, está finalizando un programa piloto con carteles que muestran varias indicaciones en las que se aplicará el uso de cannabis medicinal. En definitiva, todos los países que cuentan con una regulación bien estructurada muestran la misma reacción: la experiencia del paciente es la misma que con cualquier otro medicamento, lo que significa que la seguridad del paciente es primordial.
Los pacientes españoles merecen algo mejor: confío en que cuando vuelvan a formarse las Cortes tras las elecciones, e independientemente de los partidos que formen el próximo gobierno, decidan respetarse al fin las necesidades de los pacientes y se cumpla con el compromiso existente. España solo tiene que fijar su atención en sus vecinos europeos para confirmar la evidencia de que la regulación y la ley pueden mejorar el acceso a los medicamentos de cannabis y, en última instancia, mejorar la atención al paciente.
Es una oportunidad única para ofrecer el mejor resultado a los pacientes en España, que llevan esperando ya demasiado tiempo, aunque –en sus propias palabras– su dolor no espera.
Don Bellamy es director ejecutivo en Linneo Health, líder mundial en investigación, cultivo y suministro de cannabis, con operaciones a nivel europeo e instalaciones de cultivo en Murcia, España.